HACIA UN CONCEPTO DE TERRITORIO



Les acerco un resumen de un articulo muy interesante de Sergio Schneider e Iván G. Peyré Tartaruga, con algunos aportes personales, pero básicamente la idea es resumirles algunos aspectos claves para intentar comprender el concepto de territorio. Además es necesario distinguir el uso del concepto y el significado, como un concepto de análisis, como lo hace la geografía, la biología, la antropología, y otras disciplina, de los sentidos instrumentales y prácticos que le son atribuidos por los enfoques o abordajes territoriales.

La compresión de la configuración espacial, ha sido de interés en los últimos años a los efectos de poder explicar el fenómeno de desarrollo de algunas regiones. De esta manera, la variable espacial pasó a ser fundamental para comprender el dinamismo de determinadas regiones, las relaciones sociales entre los actores y las instituciones. Por lo que el dinamismo, ha sido explicado sobre la base de que la mayor proximidad de los actores que actúan en determinado espacio, permiten acciones colectivas y cooperativas, que favorecerían la aparición de oportunidades innovadoras de desarrollo.

En dicho contexto el enfoque territorial, podría explicar el papel de los entornos en que están insertas las comunidades, y el espacio social como factor de desarrollo.

La génesis de este concepto se remonta hacia el año 1871, por Friedrich Ratzel, el cual menciona que el territorio para él, es una parcela terrestre apropiada por un grupo humano, la cual es dotada de una serie de recursos naturales suficientes, para su poblamiento, los cuales van a ser utilizados en función de sus capacidades tecnológicas existentes. Además, el concepto de territorio ratzeliano tiene como referencial el Estado .

Ahora bien, el concepto de territorio para los geógrafos se podría decir que es una parte del espacio definida por límites, que posee un sistema de leyes y una unidad de gobierno, a partir de lo cual la respectiva localización y características internas son descritas y explicadas.

En la decada del 70', el concepto es debatido, como explicativo de la realidad. En tal sentido Gottmann, centraliza su abordaje en el significado del territorio para la naciones, sostiene que la relación de las personas con su territorio puede ser de diversas maneras, políticas, económicas y geográficas. Asimismo este autor indica que una parte del espacio es el territorio, y este está caracterizado por la accesibilidad o no, en medio de la fluidez moderna. Finalmente sostiene que los territorios proporcionan a las respectivas sociedades la capacidad de la complementariedad con los de afuera, y incluso con el mundo.

Luego el geógrafo Claude Raffestin, publica en el año 1980, “Por una geografía del poder”. Raffestin parte de una crítica la cual supone que el territorio es definido exclusivamente al poder estatal. Como alternativa analítica a ese territorio estatal, Raffestin defiende la existencia de múltiples poderes que se manifiestan en las estrategias regionales y locales. 

De manera que Raffestin, considerando el pensamiento de Michel Foucault, “[el] poder no se adquiere; es ejercido a partir de innumerables puntos;... [Las] relaciones de poder no están en posición de exterioridad con respecto a otros tipos de relaciones (económicas, sociales, etc.), pero son inmanentes a ellas;” y donde “hay poder hay resistencia y sin embargo, o por eso, esta jamás está en posición de exterioridad en relación al poder”. 

Uno de los aspectos interesante de Raffestin, es la interpretación del territorio como la manifestación espacial del poder, lo que permite visualizar los procesos de territorialización-desterritorialización-reterritorialización (T-D-R), basado en el grado de accesibilidad a la información.

Otra idea que contribuye al debate sobre el concepto de territorio, es lo que propone el geográfo Robert Sack, en el año 1986. Este analiza la territorialidad humana en la perceptiva de la motivaciones humanas. De esta manera la territorialidad es consecuencia del comportamiento animal, y por lo tanto es un instinto y agresividad de este. Para él la territorialidad, es una tentativa o estrategia de un individuo o de un grupo para alcanzar, influenciar o controlar recursos y personas a través de la delimitación y del control de áreas especificas.


Existen diferencias entre el concepto de territorio y enfoque territorial, la diferencia fundamental entre el uso del concepto territorio y su significado conceptual e instrumental, es que el sentido analítico requiere que se establezcan referencias teóricas y aún epistemológicas que puedan ser sometidas al examen de la experimentación empírica y, después, reconstruidos de forma abstracta y analítica. Por lo que se puede hablar de enfoque, abordaje o perspectiva territorial cuando se indica a una manera de tratar fenómenos, procesos, situaciones y contextos que ocurren en un determinado espacio (que puede ser demarcado o delimitado por atributos físicos, naturales, políticos u otros) donde se producen y se transforman (Schenider y Peyré, 2005).


De esta manera, el concepto de territorio pasa a utilizarse como sinónimo de espacio o región, por lo que como menciona Sabournin, citado por Scheneider y Peyré (2205) es empleado desde la “perspectiva de desarrollo”. Asimismo, señala que es una variable a considerar cuando se quiere algún tipo de intervención sobre el espacio y las poblaciones, que resulten en alteraciones de la realidad existente.


El papel del espacio-territorio tiene un rol importante para explicar el desarrollo, según Pecqueur, citado por Shneider y Peyré (2005), el espacio no es sólo un soporte aparente, sino que se hace un elemento de organización productiva que va a influir en las estrategias de los actores individuales y de las empresas. Del punto de vista material y productivo, los territorios, según este mismo autor, asumen el carácter de sistemas productivos locales (pudiendo recibir también otras denominaciones como millieux o atmósferas) que territorializan el lugar en que transcurre una pluralidad de formas de justificación de la acción humana (reciprocidad, cooperación, competencia, disputa, etc.). En este sentido, Schenieder y Peyré (2005), los territorios no poseen sólo una dimensión económica y material, siendo también cultural y cognitiva y son un resultado pues “se constituyen en espacios particulares que permiten operar una mediación entre el individuo y el exterior”.


Continuando con el análisis más detallado, muestra que el enfoque territorial, según Shcneider y Peyré (2005), es permeable a las nociones de gobernabilidad (interacción y regulación entre actores, instituciones y Estado) y de concertación social o coordinación de intereses de actores en un espacio determinado que es el territorio. Tanto la gobernabilidad como la participación pasan a ser entendidas como de fundamental importancia para determinar el nuevo papel de las organizaciones e instituciones locales. Siguiendo la línea de estos investigadores, ellos mencionan que el territorio es visto y comprendido como la nueva unidad de referencia, y es la mediación de las acciones del Estado y el enfoque del desarrollo territorial se hace, por lo tanto, un modo de acción que valora los atributos políticos y culturales de las comunidades, y de los actores sociales allí existentes. En este sentido, gobernación local y participación social son atributos del desarrollo territorial.
En el siguiente esquema se ilustra lo que podría ser considerado como territorio para la realización del Estudio de Impacto territorial.

Figura N°1 Definición de territorio.


Referencia
SCHNEIDER, S. PEYRÉ, I. 2005.Territorio by enfoque territorial: de las referencias cognitivas a los aportes aplicados al análisis de los procesos sociales rurales. In: Desarrollo Rural. Organizaciones, Instituciones y Territorio. Buenos Aires: Ed. Ciccus, 2006, v. , p. 71-102.

 

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